Monday, 5 August 2019

Hacedores de paisajes

Deja que suene la música mientras lees (clica el enlace): Ask the Mountains · Vangelis


       Escribí este pequeño reportaje el 14 de mayo de 2009

   Era viernes, uno de mayo. Teníamos por delante un fin de semana largo y lo pensábamos pasar en el pueblo. Salimos de Barcelona por la AII, autovía que pasa por El Bruch y La Panadella. En la radio escuchamos un aviso de tráfico: había una cola kilométrica cerca de La Panadella. Así que decidimos dejar la autovía a la altura de Igualada y desviarnos a la izquierda siguiendo carreteras secundarias.

  Estábamos atravesando la comarca de l'Anoia. 
  El día era radiante y los campos hermosos.
  Pudimos contemplar su belleza por la ventanilla del coche.







  Hace mucho que no visitamos la ermita de La Roqueta. ¿Quieres que vayamos?

  Y nos metimos por una pista de montaña que llevaba a la ermita. En esta zona apenas hay turistas. Todo es muy solitario. Dejamos el coche a la sombra, debajo de unos árboles. Todavía quedaban charcos de las últimas lluvias.

  Es una ermita sencilla, del románico tardío, siglo XII, dedicada a la Virgen del Rosario.










  Tras dar la vuelta a la ermita, penetramos en su interior. Está bastante deteriorado. Hay señales evidentes de que se ha hecho fuego dentro.




  Se conserva una bóveda ojival gótica y un arco triunfal apoyado en dos columnas en cada lado.

  Esta es la vista desde la ermita. Observamos la pista por la que hemos venido. Detrás de un altozano, asoma una casita de payés. Es Cal Maginet, restaurante y casa rural.


Detrás de un altozano, asoma una casita de payés
  
  Nos ponemos en marcha otra vez y ahora recorremos una carretera vecinal que bordea los campos de colza. Al fondo, en la cima del monte, se alza el castillo de Queralt.


Castillo de Queralt (ruinas)

  Me pongo a pensar en los payeses, campesinos y labradores. Valoro inmensamente su labor. Ellos son los artífices de este paisaje rural. Son los hacedores de paisajes, jardineros de la tierra.

           Fotos realizadas por Josep B. C. un dia de mayo de 2009


Sunday, 28 July 2019

El perfume me viene del este

Deja que suene la música mientras lees (clica el enlace): Benedictus - HAUSER


Un sábado de junio de 2008 escribí este pequeño relato


Todos los días me paseaba por el parque. Me encantaba sentarme en un banco que había descubierto en un lugar recóndito y frondoso.



Desde mi rincón
veía jugar a los niños,
correr a los jóvenes,
descansar a los ancianos.

Un día se sentó a mi lado un señor.
Había llegado por el camino del este, 
      desde más allá de la espesura.
Llevaba una rosa en la mano.
Me la ofreció.
Aspiré su aroma.

   Al día siguiente, el señor volvió y de nuevo se sentó conmigo. Y me dio la rosa que traía consigo.

   Como el señor venía todos los días con una rosa, se sentaba a mi lado y me la ofrecía, cuando llegaba la hora, yo ya le esperaba. Pronto me acostumbré a su compañía. 

   Dejé de fijarme en los niños que jugaban, en los jóvenes que corrían y en los ancianos que descansaban tomando el sol. Estaba pendiente del camino del este, por donde llegaba él. Me había prendado del señor, y era feliz porque él no faltaba nunca.

   Pero algo debió de pasar, pues sus visitas ya no eran tan frecuentes. Y a veces venía sin la rosa, y yo echaba de menos su perfume, y mi corazón penaba. Siempre estaba pendiente de su llegada, miraba hacia la derecha, hacia el camino del este, por donde él solía llegar.

   Me alegraba infinito cuando se acercaba, aunque a veces se olvidara de la rosa. Lloraba por dentro si el señor faltaba. 

   Estaba yo penando, con el corazón oprimido, cuando oí risitas a mi izquierda.
Y allí, de pie, a mi lado, un niño me miraba sonriente y sostenía una rosa en su mano. 



   Me la dio. Aspiré su perfume, y era igual que el de las rosas que me traía el señor.

   Entonces me fijé en que, detrás de él, se había formado una cola de personas de todas las edades, muchas de las cuales llevaban una rosa. Esperaban pacientemente a que les prestara atención, mientras yo, distraída, tan solo aguardaba la llegada del señor.

   Estaban junto a mí y yo ni siquiera había notado su presencia. El perfume de sus rosas era idéntico al de la que me daba cada día el señor. ¿Por qué, pues, seguía deseando su venida? ¿Por qué me afligía al ver que él ya no llegaba?



Si todas las rosas tenían el mismo perfume,
si me traían rosas del norte, del sur y del oeste,
¿por qué seguía esperando todavía
el perfume de la rosa que me venía del este?




Tuesday, 23 July 2019

Dimes y diretes

Deja que suene la música mientras lees (clica el enlace): Spiegel im Spiegel - Arvo Pärt



En agosto de 2009 pregunté si os gustaba coleccionar y obtuve un montón de respuestas:

Águila de Sión
Yo no colecciono nada, y cada vez guardo menos. Si en este momento me dijeran que me tengo que ir al otro lado del mundo, creo que, holgadamente, me prepararía en dos horas. Una amiga me definió como nómada. Pues sí, me puedo identificar así.



Ana

Pues no colecciono nada, la verdad. Amontono cosas hasta que pongo orden algun día.





Ángela
Hago colección de botones y de azucarillos. También me gusta coleccionar piedras bonitas, con formas especiales. No son colecciones propiamente dichas. Uso los azucarillos y los botones cuando se necesitan. 
Botones y azucarillos de Ángela


Beth 
Yo también colecciono botones...mi abuelita me los dejó y luego se los pasé a mi hija... Colecciono calendarios..., también caracoles... y bailarinas... ¡y mariposas! 


Bárbara
Cajitas de cerillas, jabones chiquitines, sellos, perfumes, cruces..., las tengo todas. Cosas antiguas, relojes, álbumes de la Marisol en sus primeras películas y un montón de cosas más.

Betty
¡Ay, Angela! Me hiciste recordar a mi May, quien tenia una gran colección de botones. En una vasijita de lámina, de esas de galletas, ahí tenía los botones, y para entretenerme me contaba la historia de cada botón.

Carmita
Curiosa colección la tuya. Yo nunca tomo azúcar con el café, así que los azucarillos que me dan en los bares me los traigo a casa y echo el azúcar en el azucarero, para los que sí lo toman. Y botones tengo una barbaridad, una caja grande llena de ellos, de todos los tamaños y muchos colores, pero no por coleccionarlos, sino porque me gusta coser y tengo de todo lo necesario para ello. En esa caja  están los que usaban mis tías y mi madre, que también sabían coser, y todos los que yo he ido comprando desde hace ya muchos años. Lo que siempre he coleccionado han sido brujas y cajitas pequeñas de porcelana, pero ya hace algún tiempo que dejé de hacerlo porque no me caben en ningún sitio. Ahora lo único que colecciono son cosas de Neil Diamond: fotos, autógrafos, cuadernos de música, libros, vídeos, CDs, discos de los de antes, cassetes, camisetas de los conciertos, bolígrafos, pulseras, pendientes, ranitas con corona, relojes, colgantes, bolsos con su imagen o hechos con una carátula de un LP, en fin, todo lo que sea de Neil. Eso es lo que yo colecciono. 


David
Yo colecciono ideas y citas..., lo malo es que no puedo retenerlas todas en mi cabeza, y se me olvidan; por eso tengo que escribirlas. Y con mis ideas es aún peor, por eso las escribo en los blogs. No es un problema de Alzheimer, es más bien que tengo mi disco duro saturado de información. Hay tanta belleza en el mundo que no puedo almacenarla toda. Por eso prefiero disfrutar los momentos, porque sé que luego me cuesta trabajo recordarlos, pero sé que si los vivo con intensidad, costará más que se marchen. Buscaré este verano piedras interesantes para fotografiar y luego las pondré en la página.

Marlene
Yo no tengo la costumbre de coleccionar cosas; seguramente algún día comenzaré a coleccionar algo... Te avisaré cuando sea el caso... 


Eva García
La verdad es que colecciono bastantes cosas, entre ellas momentos inolvidables, puestas de sol, risas compartidas, miradas cómplices... y me encantan los cuarzos -son minerales, piedras semipreciosas. Los hay de todos los colores y formas que te puedas imaginar. Si coleccionas piedras, estas te van a encantar. Aquí te dejo algunas de ellas.

Cuarzos de Eva García


Ginarose
SABES AMIGA, YO COLECCIONO MONEDAS DE TODOS LOS PAÍSES, CLARO QUE ME FALTAN, PERO SIGO. TAMBIÉN SERVILLETAS DE PAPEL. ES INTERESANTE VER CÓMO VAS ARMANDO LA COLECCIÓN.  

Isabella
Colecciono papel de regalo, conchas y piedras minerales curiosas o de formas interesantes, citas de los papeles de azucarillos, fascículos de arte de los periódicos, sonrisas y nombres... palabras y miradas.

Isaí 
¿Qué colecciono? Lo que en estos días me trae más emocionado es mi colección de cajetillas de cigarros; desafortunadamente solo tengo puras marcas mexicanas, una canadiense y dos cubanas. ¡Cómo me gustaría tener de todo el mundo!
Cajetillas de cigarros de Isaí


Laura Calderón
YO COLECCIONO SELLOS. A VER CUÁNDO LOS VENDO. TAMBIÉN COLECCIONÉ LÁPICES.

LOLA
La verdad es que nunca he coleccionado nada en serio, mi querida Ángela, pero...quién sabe...De momento, puedo presumir de buenos amigos.

Lola
Yo colecciono rosarios, piedras bonitas, libros... y amigas estupendas.



Lucrecia
He coleccionado muchas cosas. Como sellos, monedas, jarritas, elefantes... Actualmente no colecciono nada, para qué, si todo tiene su fin. Me conformo con vivir lo más cómoda que pueda.

Lupita
Yo colecciono piedras y plantas, aun cuando tengo botones y monedas.

Mandarina
¿Así que coleccionas botones? Qué curioso, yo no colecciono nada.
M_a_00
¡He coleccionado  tantas cosas! Estampillas, cajitas de fósforos, plantitas, botellas miniatura, caracoles. Pero ahora no tengo espacio; a lo único que podría llamar colección es a las cosas que debería tirar, y no me resigno... ¡porque creo que algún día reciclaré!

Marga
No Ángela, yo no tengo la afición de coleccionar nada, pero en casa guardo una cantidad exagerada de botones, pues como soy muy aficionada a coser, tengo muchísimos; a las prendas que ya quedan viejas les quito los botones y las cremalleras, antes de tirarlas.

Mari
Me encantan las piedras, Ángela, tengo muchísimas; un día te las mostraré en fotos; algunas están en el jardín de casa, pero tengo dentro y de formas muy lindas...

María Blanca
Ahora, en este tiempo, solo colecciono recuerdos.

Maria Irene
Uiiiii!!! ja m'agradaria ja. Però jo no en sé, només acumulo i he d'intentar no fer-ho. La que ho fa és la meva germana que és MOLT ordenada i ella col·lecciona estampetes, punts de llibre, etiquetes de formatge, postals, calendaris, bossetes de paper impreses, clauers, enganxines, etc I el seu marit llaunes de cervesa buides. Ella un cop cada dos anys participa en una exposició a Terrassa del club filatèlic amb alguna de les seves variades "manies"; ah!! i plats de terrissa que pengen a la paret del menjador... segons com no surt barat que col·leccioni tantes coses.   Però ja que jo no en sé, que ho faci ella.


María Olivia
Sabes que yo también tengo un gran número de botones almacenados, y cerillas de los lugares que visito.


Mario
Yo soy coleccionista de música: discos de vinilo, cds, etc... Aunque también he coleccionado pins y postales, pero sobre todo música...


Marivy
En cuanto a coleccionar.... qué te puedo contar... Empecé en el colegio con los cromos de las chocolatinas de Nestlé que nos daban los domingos para merendar. Me gustan las colecciones de casi todo: monedas, sellos, cajitas, cerillas, posavasos, cinturones, postales, etc, etc...; por falta de tiempo y espacio termino regalando muchas cosas, siempre aparece alguien que se entusiasma con algo y aprovecho para desprenderme de cosas. Luego pienso que no se puede ser tan "catacaldos"... así es imposible (me quedan monedas en varios botes dentro de una caja, sellos en otra caja, algún mechero, llaveros, etc...). Pero lo mejor es lo bien que lo paso mientras compro, busco, coloco, pido... ALMACENO. Así no hay forma... Tengo dos cajas llenas de botones; de vez en cuando los miro y me lo paso genial... QUÉ TE PUEDO CONTAR...

Mencia
Te diré que me encantan las piedras. Cada vez que voy a la playa, me traigo un montoncito, y entre piedras y caracolas, tengo un montón; quedan muy bonitas en jarrones de cristal, así me imagino el mar cada vez que las miro.

Céu Da Boca
Embora a minha casa esteja cheia de livros, não sei porquê não acho que faça colecção de livros. Vou-os comprando, vou-os lendo e vou-os guardando. A mesma coisa acontece com os discos. Se calhar são uma colecção, se calhar são só um monte deles...

Pascual C. Palazón
Ya no colecciono nada, Ángela. Ya no estoy obligado a nada.

Petra
Yo coleccionaba cajas de metal (aquí guardo mis tés), miniaturas (regalitos de todo el mundo), frascos de vidrio (aqui tengo mis especias).

    Colección de miniaturas de Petra

Colección de cajas de metal y frascos de vidrio de Petra



Revoltosa (MariCarmen)
En estos momentos no colecciono nada en particular, solo los azucarillos. Cuando tienen hermosos mensajes, los guardo. En su día fueron sellos, monedas..., pero, vamos, lo que caía en mis manos, nunca compré nada. Y ahora colecciono amor, mucho amor, para poder dar a los demás, ¿te apuntas?

Roberto
Sobre todo colecciono billetes (papel moneda) de todos los países del mundo; me los traen los amigos cuando viajan por esos mundos de dios. También colecciono plumas estilográficas (tendré más de un centenar). Tengo billetes de papel moneda de muchos países de Europa, antes de que se impusiera el Euro. De América también tengo, por ejemplo, de Brasil tengo varias clases, como han ido cambiando de moneda con la historia de las devaluaciones... de Japón, de Rodesia, de Hon-kong... de todo el mundo. También de España desde que se instauraron los billetes. Lo que pasa es que no tengo todos, aunque sí una buena colección...


Rosa María Martín
Hasta hace muy poquito estaba coleccionando azucarillos (como tú), euros de todas las naciones, y monedas extranjeras. Pero me cansé, y los euros me los gasté, los azucarillos los hemos ido comiendo; lo único que me queda son los euros de la casa de la moneda que cada año compraba en un estuche precintado; eso se lo dejaré de herencia a mis nietos. También me quedan las monedas extranjeras, pero ya no hago colección.

Sandra
Não colecciono nada... tento mesmo libertar-me dos meus mais queridos bens materiais, mas é muito, muito difícil... =))) Porque quando nos apegamos a algo ou a alguém... ficamos muito na dúvida.


Sol de Ibiza
¡Yo, gatos! :) Y plantas y collares.

Stone Arcano (Rolando)
Yo no colecciono nada realmente importante, porque soy tan descuidado, que termino perdiendo TODO.


Teresa
Lo que más colecciono son piedras también, porque me gusta; vaya a donde vaya, si estoy encantada con el sitio, suelo recoger piedras de recuerdo. Tengo cestas/cestitas/botellas/bandejas/etc... con piedras de casi todos los sitios visitados. Y mi hijo, que desde pequeño me veía hacer la recolección, se aficionó también, ¡y me llenó la casa de fósiles!

Ugui
Sí me gusta coleccionar, pero soy un poco raro en las colecciones. Colecciono piedras como tú, pero principalmente libros, periódicos, objetos y botellas de licores.

Botella de la colección de Ugui

Revista antigua de la colección de Ugui

Y a ti, ¿te gusta coleccionar?


Wednesday, 19 June 2019

Flores y bichitos

Deja que suene la música mientras lees (clica el enlace): Early in the Morning - Peder B. Helland


  La mamá de Caperucita había hecho una tarta de queso con manzana, pasas y piñones, sin azúcares añadidos. Llamó a su hija y le encargó que llevase la tarta a la abuela, que vivía en una casa de campo algo alejada del pueblo.
  —Abrígate, Caperucita; toma, te he preparado la cesta con un poco de tarta para que merendéis juntas esta tarde. Pasa por el camino del puente, no vayas por el bosque. Te doy el móvil por si te pasa algo y tienes que llamarme. Yo iré a buscarte más tarde; no quiero que vuelvas sola al atardecer.

  Caperucita se fue cantando y bailando una canción de Grease que les había enseñado la maestra de inglés:

    Tell me more, tell me more
    Was it love at first sight?
    Tell me more, tell me more
    Did she put up a fight?
    Uh-huh-uh-huh-uh-huh-uh-huh
    shoo-bop bop, shoo-bop bop, shoo-bop bop,
    shoo-bop bop, shoo-bop bop, shoo-bop bop,
    shoo-bop bop, YEH

  Cuando Caperucita llegó al cruce vio una serpiente descansando justo frente al camino que su mamá le había recomendado.  


  Era un animal muy bonito, pero le inspiraba cierto temor. Así que la niña decidió tomar el camino del bosque. Tuvo una idea: haría un ramo de flores para la abuela. Estaba a punto de arrancar la primera flor cuando vio un bichito escondido en su corola.




  —¿Qué haces en la flor?
  —¡Shhh! ¡Calla! ¡Disimula, no mires...!
  ¿Por qué?
  Porque mis amigos y yo estamos jugando al escondite, y si te ven hablar conmigo descubrirán dónde estoy...

  Caperucita, como quien no ha visto nada, siguió cantando y saltando por el bosque. Un poco más adelante, en la punta de una hoja, había otro bichito:



  ¿Quién eres?
  Soy Yó
  ¿Eres tú?
  No, no soy Tú, mi nombre es Yó...
  ¡Ah, entiendo!

  La segunda flor no tenía bichitos, pero Caperucita no quiso cogerla porque los pétalos no estaban planchados y supuso que a la abuela no le gustaría:

Cistus albidus

En cambio, la tercera era una siempreviva, la flor que más le gustaba a la abuela:

Helichrysum

  Las siemprevivas se conservan lozanas durante años, sin agua. Los pétalos, si los tocas con la punta de los dedos, parecen de papel. Y un tenue perfume impregna la habitación en donde las pones. Caperucita la cogió para el ramo de la abuela.

  Cerca de allí, en unas hojas, se había posado una mariposa blanca:



  ¡Qué linda eres!
  ¿Tú crees? A mí no me lo parece, mis alas no son de colores como las de otras mariposas...
  En el blanco están todos los colores, ¿no lo sabías?
  No, nadie me había dicho un piropo tan delicioso; gracias, nena.

  Caperucita se acercó a una mariquita que caminaba encima de una hoja. Le gustaban tanto las mariquitas...


  —¡Hola!
El bichito no contestó
  ¡Hola!, repitió Caperucita.
Pero tampoco obtuvo respuesta.

  Y Caperucita se alejó con el corazón oprimido.

  Un poco más allá, alrededor de unas hojas secas, revoloteaba otra mariposa cuyas alas eran de vivos colores:




  ¡Buenos días!
  ¿Te gusto? ¡Mírame! ¿A que tengo unas alas preciosas?
  ¡Vaya! ¡Qué presumida eres, linda mariposa...!

  En la cuarta flor, azulada, no habitaba ningún bichito y Caperucita la cogió para el ramo de la abuela:

Globularia

  La quinta flor era un cardo en el que parecía dormitar un abejorro:




  ¿Qué haces?
  Libo de flor en flor
  ¿Por qué?
  ¡Son todas tan bellas...!

El abejorro levantó el vuelo:




Y se despidió mientras volaba en busca de otra flor:
  ¡Adiós, nena!




  ¡Adiós!

  En la sexta flor Caperucita encontró una hormiga:

Sedum

    ¡Hola!
    Hola niña, me llamo K-1005.
    Camilcinco..., suena muy bien.
    Soy la habitante 1005 del hormiguero K.
    Veo que hay muchos hormigueros. ¿Cómo sabes regresar a tu casa?
    Me oriento por el cielo y cuento el número de pasos.

El bicho que caminaba por la séptima flor parecía un juguete metálico:

Thalictrum

  ¿Libas?
  No, niña, no libo. Yo polinizo.
  ¿Es tan difícil de hacer como su nombre indica?
  ¡Qué va! ¡Está chupado! Solo hay que coger el polen de los estambres y llevarlo a los pistilos. Así de fácil.

  Caperucita se fijó en dos bichitos que se abrazaban tiernamente en el tallo de unas hojas:




  ¿Polinizáis?
  No, mi querida señorita, no polinizamos. Aquí, mi señora y yo, intentábamos copular hasta que viniste tú a interrumpirnos. ¿No te han enseñado a no meter tu linda naricita donde no te llaman?
  Oh, perdonen, de verdad que no era mi intención molestarles...

  La octava flor también era un cardo, y en ella caminaban dos bichitos:

Silybum marianum

     Al ver a Caperucita, declamó el que iba delante:

A los verdes prados
baja la niña:
ríense las fuentes,
las aves silban.

     Y continuó el bichito que le seguía:

A los prados verdes
la niña baja:
las fuentes se ríen,
las aves cantan.

            Lope de Vega

  Estaba claro que ambos se entendían. A Caperucita siempre le entusiasmaba encontrarse con seres compenetrados. Así que, les saludó con la mano y siguió adelante con una sonrisa.

  La novena flor, sin bichos, era aterciopelada, con pétalos de variados colores:

Tagetes

  Caperucita la cogió pensando que añadiría una nota de color a las demás flores del ramo.

  Finalmente Caperucita llega a casa de la abuela, que la abraza efusivamente y la llena de besos. Llaman juntas a la mamá para decirle que todo había ido bien.
  Mientras meriendan, la niña y la abuela miran Operación Triunfo, uno de sus programas favoritos de la tele.

¿Por qué crees que guarda silencio la mariquita?
¿Alguna frase de consuelo para Caperucita?

  Salvo la de la mariquita, las demás fotos han sido realizadas por Josep B.C. los días 25 y 31 de mayo de 2009, en las montañas de Prades.