Saturday, 9 March 2019

Caminantes - Cabello al viento

Deja que suene esta música mientras lees (clica el enlace): Amnesia - Dead Can Dance
Memories fall from the trees
Memories like autumn leaves
Memory, help me see
Memory, set me free

    Jueves 12 de agosto de 1982

Reanudaron la marcha hacia Biescas.
El chico se había agenciado un palo de caminante.
Con su hato en bandolera, solía encabezar la marcha.
La mujer le contemplaba con el corazón contento.
Le veía tan joven y confiado...

Otras veces era él quien iba detrás. Se fijaba en la figura menuda de la mujer, en su cabello rubio que ondeaba al viento.

Si el borde de la carretera lo permitía, caminaban lado a lado,
   cambiando impresiones,
   comentando,
   riendo,
   recordando.
El sol les había bronceado la cara y los brazos.

El prìmer tramo de carretera bordeaba el embalse de Lanuza. En sus aguas, mirando hacia atrás, vieron reflejada la peña Foratata.

Un poco más al sur, apareció otro embalse, a lo largo del cual caminaron kilómetros y kilómetros.

Embalse de Búbal

Hacía mucho calor. Acudían a su memoria imágenes de los veranos que solían pasar indolentemente en la playa. Llegaron a Biescas a la hora de almorzar. Ya en las afueras, en medio de un pinar, vieron una hermosa casa. En el jardín abierto, sin setos, jugaban tres niños pequeños.
  ¿Dónde está vuestra mamá?
Los pequeños se metieron en la casa y regresaron con una señora alta y delgada, el pelo recogido en la nuca.
  ¿Le ha sobrado pan de ayer, por favor?
  Esperad un momento, voy a ver qué tengo.
Y allá se fue la señora con los niños saltando a su alrededor, queriendo saber quiénes eran los recién llegados y qué querían.

Al cabo de un rato, vieron salir a los niños con una cestita. Entregaron a los caminantes dos paquetes envueltos con servilletas de papel de colores y un melocotón sonrosado para cada uno.
  ¡Muchas gracias!

Mientras se alejaban, saludaron con la mano a la mamá que se había quedado mirando desde la puerta de la casa. Dentro de cada paquete había un bocadillo. El melocotón era tan bueno, tan dulce, que lo recordarían siempre. 

Siguieron caminando toda la tarde, hasta Sabiñánigo, donde harían noche. Habían caminado 35 kilómetros. Llegaron a tiempo de asistir a misa. Ya habían ido por la mañana, en Sallent, pero aprovecharían la ocasión, por si al día siguiente no se les presentaba.

Les dieron permiso para pasar la noche en una casa en construcción cuyas obras estaban detenidas.


    Viernes 13 de agosto de 1982

Salieron del pueblo muy temprano.
El sol aún no había salido.
Todo estaba en silencio.
El rocío cubría los prados.
El aire olía a yerba mojada.

Se habían dado cuenta de que en esta zona era menor la densidad de la población. Los pueblos distaban más entre sí. Durante el trayecto, no se veían masías en las que pedir un vaso de agua. Por eso, al salir de un pueblo, en las últimas casas, preguntaban si había alguna fuente a pie de carretera para poder saciar su sed.

El tramo que les tocaba caminar ese día era tan largo que posiblemente tendrían que hacer noche en el monte, en la cima del puerto de Monrepós. No les daría tiempo de llegar hasta la próxima población. Sería la primera vez que pasarían la noche a la intemperie, en el bosque. Durante el día no sentían miedo, porque la luz les tranquilizaba. Pero a medida que se iba haciendo de noche, las sombras se les antojaban llenas de misterio, les llenaban de temores, oían pequeños ruidos entre la maleza y les asustaba dormir tan desprotegidos.

La gente del pueblo les indicó que encontrarían una fuente en un recodo del camino.
   Vigilad bien, estad atentos, la fuente queda algo escondida. 
Les indicaron incluso en qué kilómetro se hallaba. Para los que van a pie es muy importante saber dónde están las fuentes, si no quieren ir cargados con botellas de agua.

Era primera hora de la tarde cuando empezaron a ascender el puerto de Monrepós. Divisaron un camión aparcado en el entrante de una curva. Allí estaba la fuente, algo escondida en una depresión del terreno. Allí se había parado el camionero, para descansar de la ruta y llenar de agua una botella. Saludó a los recién llegados, que, una vez saciada su sed, se sentaron a descansar en unas piedras a la sombra de los árboles. El hombre ya se disponía a partir. Subió al camión y puso el motor en marcha. Hizo unas cuantas maniobras para encarar la carretera.

Antes de arrancar se volvió hacia los caminantes que le observaban.
   ¿Os llevo?
    
Puerto de Monrepós

Esa noche no tuvieron que dormir en el monte.
El camionero se dirigía a Huesca.
La mujer y el chico se sentaron a su lado, en la cabina.
Llegaron hacia las seis de la tarde.
Habían recorrido 57 kilómetros, de los cuales unos 20 a pie.

1 comment:

  1. AMNESIA

    Saw the demonstration
    On remembrance day
    Lest we forget the lesson
    Enshrined in funeral clay
    History is never written
    By those who've lost
    The defeated must bear witness to
    Our collective memory loss

    With every generation comes
    Another memory lapse
    See the demonstrations of
    Failing to learn from our past
    We live in the dream time
    Nothing seems to last
    Can you really plan a future
    When you no longer have a past

    Memories
    fall from the trees
    Amnesia
    Memories
    like autumn leaves

    If we are subject to
    Empirical minds
    I wonder what lies beyond
    Our memory's confines
    If memory is the true
    Sum of who we are
    May your children know the truth
    And shine like the brightest star

    Memory,
    help me see
    Amnesia
    Memory,
    set me free

    All my love and all my kisses
    Sweet Mnemosyne
    Sweet Mnemosyne
    All my love and all my kisses
    Sweet Mnemosyne
    Sweet Mnemosyne

    Songwriter: Brendan Perry

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