Thursday, 7 March 2019

Caminantes - Siguiendo el Gave de Pau

Deja que suene esta música mientras lees (clica el enlace): Cuncti simus concanentes - Llibre Vermell

La primera semana de agosto, el tiempo se volvió borrascoso. Se sucedían las tormentas. Los caminantes no se sentían capaces de proseguir la marcha, sujetos a las inclemencias del tiempo. Acobardados, arrebujados bajo las sábanas mientras retumbaban los truenos, parpadeaban los relámpagos, repiqueteaba la lluvia, ululaba el viento, se estremecía la casa, se introducía el agua por los resquicios del tejado formando goteras..., los caminantes se acordaban demasiado bien de la tormenta que les había sorprendido en el monte el 19 de julio, en la etapa de la Seu d'Urgell a Sort.

Hasta que un día, el menos pensado y sin saber por qué, se levantaron con brío renovado y decidieron partir la primera mañana en que luciese el sol. 

*      *      *

El 10 de agosto de 1982 amaneció soleado. Resolvieron volver a España, pero por otro camino. Entrarían por Aragón.

Marie George les acompañó en coche hasta un pueblo cercano, a 15 km, donde tenía previsto hacer algunas compras.
  ¿Por qué no hacéis noche en el monasterio? Les llamaré para decirles que vais.

Se refería a un monasterio que, días atrás, habían visitado con los moradores de la masía. Era mixto, de monjes, monjas y seglares casados, con o sin hijos. Los monjes, de clausura, llevaban hábito blanco con escapulario y cinto, del que pendía un rosario. Los hombres con capucha, las mujeres con velo. El hábito de los seglares consistía en una falda o pantalón marrón y camisa blanca. Algunos trabajaban dentro del monasterio, en la huerta, por ejemplo. Otros salían a trabajar en el pueblo. No era una secta, sino que estaban integrados en la iglesia católica. Eran pioneros en este tipo de comunidades. El canto litúrgico se basaba en el rito bizantino. Era complicado y a varias voces. Muy bonito. Dedicaban gran parte de su tiempo a ensayar. Cantaban de pie, siguiendo con el cuerpo y los brazos alzados el ritmo de la música. Todo un espectáculo para el visitante.

El abad del monasterio, una vez finalizada la liturgia de vísperas, imponía las manos sobre la cabeza de quienes se acercasen, para invocar sobre ellos el Espíritu Santo. 

Los domingos por la tarde celebraban una fiesta después de vísperas. En una gran sala, amueblada con mesitas bajas y banquetas, se tomaba té o refrescos con dulces y frutos secos. Mientras, se charlaba, y los miembros de la comunidad daban respuestas para satisfacer el interés y la curiosidad de los asistentes. Luego, una hermosa chica con el cabello rubio recogido en un moño informal, del que escapaban rizos rebeldes, vestida con su falda marrón y su blusa blanca, se sentaba ante el piano y tocaba ritmos parecidos al sirtaki, un baile griego. 


Invitaban a los visitantes a participar en la danza, formando corros en el centro de la sala, cuyo piso era de madera. Danzaban unidos por los antebrazos, unos pasos a la izquierda, otros a la derecha. Ellos creían que la música y el baile contribuían a unir a la gente.

*      *      *

Los caminantes se pusieron en marcha hacia el monasterio, siguiendo el curso del Gave de Pau, que es el río que pasa por Lourdes.  



Serían las 11 de la mañana cuando llamaron a sus puertas. Les abrió Rosario, una monja de Bilbao, que ya les conocía del día de la fiesta. A la pregunta de si podían hacer noche en él, Rosario les contestó que era temprano, que aún podían proseguir su ruta y pedir cobijo en otro pueblo. Pero les hizo pasar y les invitó a comer con la comunidad.

Entraron, pues, en el refectorio de los monjes, monjas y seglares. Las mesas estaban dispuestas en forma de U. Se sentaron entre ellos y compartieron el frugal almuerzo. Mientras comían, en silencio, uno de los monjes iba leyendo en voz alta algunas noticias o correspondencia de interés.

Al despedirse, Rosario les indicó el camino hacia la frontera con España.

A partir del pueblo de Nay, cambiaron de carretera, pasando por Bruges y Mifaget. En este punto empezaba el Parc National des Pyrénées. Atardecía cuando llegaron a Louvie-Juzon, al pie de la montaña Le Rey (1288 msnm). Por este pueblo pasa otro río, el Gave d'Osseau.

Montaña Le Rey

2 comments:

  1. Virgo sola existente en afluit angelus,
    Gabriel est appellatus atque missus celitus.
    Clara facieque dixit: Ave Maria

    Cuncti simus concanentes: Ave Maria

    Clara facieque dixit, auditi, carissimi,
    En concipies, Maria. Ave Maria

    Cuncti simus concanentes: Ave Maria

    En concipies, Maria, audite carissimi.
    Pariesque filium. Ave Maria

    Cuncti simus concanentes: Ave Maria

    Pariesque filium, audite, carissimi.
    Vocabis eum Ihesum. Ave Maria

    Cuncti simus concanentes: Ave Maria

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  2. Cantemos todos unidos: Ave María

    La Virgen estaba sola; he aquí que se le presentó un ángel
    Llamado Gabriel y enviado desde el cielo.
    Con cara radiante dijo: Ave María

    Cantemos todos unidos: Ave María

    Con cara radiante dijo, escuchad, queridos:
    He aquí que concebirás, Maria. Ave María

    Cantemos todos unidos: Ave María

    He aquí que concebirás, María, escuchad, queridos:
    Y parirás un hijo. Ave María

    Cantemos todos unidos: Ave María

    Y parirás un hijo, escuchad, queridos.
    Le llamarás Jesús. Ave María

    Cantemos todos unidos: Ave María

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